jueves, 18 de agosto de 2011

KOOLHASS EN CHINA




http://www.youtube.com/watch?v=XkQY9ENJOlE

En referencia al artículo publicado hoy, sobre el nuevo edificio de la CCTV (Televisión China), he querido resaltar unas frases del libro Arquitectura del Poder de Deyan Sudjic, que me han parecido memorables:
“Lo que me atrae de China es que todavía hay un Estado. Hay un algo que puede tomar iniciativas a una escala y de una manera que casi ningún otro organismo que conocemos hoy día puede permitirse ni contemplar -dice Koolhaas- ahora y en todas partes, y sobre todo en arquitectura, el dinero lo es todo. Es evidente que eso no es bueno, ya que lleva a hacer concesiones a la calidad. En el caso de China, el dinero es el elemento menos fundamental de su ideología”… Koolhaas no siempre ha despreciado tanto el poder del dinero.”Creo que es muy importante decir que vivimos sin quejas, temores o desconfianza bajo los siguientes regimenes que tenemos aquí: las principales monedas del mundo, el yen, el euro y el dólar – escribió en Harvard Guide to Shopping-. Estas definen un régimen que establece nuestros parámetros y esos parámetros son bastante inmutables. Pero por otro lado, también es un régimen que nos concede una cantidad casi increíble de libertad para trazar nuestras trayectorias dentro de el” Claro que eso lo dijo cuando buscaba una manera de demostrar que se podía mantener una postura critica y desprendida al trabajar para Prada y un casino de Las Vegas, no para el Partido Comunista Chino. Ahora esta haciendo las dos cosas a la vez, pues esta buscando en las calles de Shangai un local adecuado para abrir una tienda para Prada al tiempo que diseña un monumento para la “nueva” China.
Koolhaas cada vez tiene menos paciencia con las críticas. “La participación en la modernización de China no tiene un resultado garantizado. El futuro de China es el enigma más atractivo. Su resultado nos afecta a todos, una postura de resistencia sería en cierto modo ornamental. Si actuamos por nuestra cuenta, como mucho podemos tener buenas intenciones. Pero no podemos representar al bien público, sin la entidad más grande, como lo es el Estado. Para colmo de males, cuanto mas radicales, innovadores y fraternales sean nuestros sentimientos, mas necesitaremos los arquitectos a alguien fuerte que nos apadrine.”

Según Koolhaas: “la estructura de 200 metros no es una torre tradicional, sino un bucle continuo de secciones horizontales y verticales que definen un emplazamiento urbano en lugar de señalar en el cielo”. El proyecto es una oportunidad para establecerse como el inventor de un nuevo tipo de rascacielos que justificaría toda su carera. “Quiero acabar con la idea tradicional de rascacielos, se le ha agotado la energía”

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